Por Ruben Loetti
Llegó a Paso de los Libres en 1.964. Venía de pase, como un integrante de las Fuerzas Armadas. El primer contacto con la comunidad libreña, se dio a través de un joven de la Acción Católica, José Andrés Balbuena, quién lo integró a un grupo formado entre otros, por el ”Gitano” Morel, los hermanos Velázquez (Cuca y Mingues), “ Beto” Loetti, Alfredo Froy, Fed...erico Sandoval, Carlitos Acosta, Ramón Saucedo, los hermanos Coradini, (Cabeza y Tito) el “Gringo” Gracés (el mismo que después presidiría nuestra Liga por muchos años), Mario Acosta, Juancito Duarte el “Zurdo” Abalos, el “Gordo” Torres, Marcelino Alvez, “Pulgarcito” Ocampo, ”Charuto” Rodriguez, “Mito” Arreseigor, “el “Loco” Perez, Roberto Ledesma, el “Flaco” Morel y tantos otros que, en su mayoría, recién dejaban la adolescencia.
Con esta “barra”, organizaba campeonatos en la cancha “Pescadito”, un campito que estaba ubicado a las orillas del Arroyo Yatay, cerca de un caserío humilde donde vivía una numerosa familia conocida como “Los Pescaditos( de allí el nombre).
En ese lugar, Tejeda empezó dirigiendo y debido a que el padre de “Beto,” don Oscar Loetti, era en ese entonces Presidente de La Liga, fue llamado para arbitrar cuarta división y luego primera “B”, categoría recién nacida en Paso de Los Libres, gracias al Doctor Vischi, el querido “Negro” que pronto nos dejó.
Su primer partido en Primera, se dio en un choque entre Guaraní y Victoria. El arco de Guaraní era defendido por “Coco” Currius y con el cinco en la espalda, manejaba el medio campo el “Gringo” Hachen. Para Victoria, jugó y lució su elegancia, el “Negro” Meza, y las voladas espectaculares de “Chorca” Alvez, quedaron para siempre en su recuerdo.
Fue árbitro por más de veintiún años y en su larga carrera le surgió la oportunidad de dirigir un partido en Yacuíba, Bolivia. Allí sufrió un apunamiento cuando se cumplían 30 minutos de juego.
El referato le dejó muchisimos amigos, pero tiene siempre presente dos hechos que lo marcaron: Uno feliz y otro triste. El primero, fue cuando se retiró de las canchas, en un partido (Concordia / Paso de los Libres) organizado en su honor por el Presidente Hugo Gracés, uno de los adolescente que conoció en la cancha “Pescadito”.
El segundo, el triste: fue la muerte de un colega: el “Negro” Mendez.
Un buen arbitro, no tiene hinchas
Un buen hombre, como Antonio Tejeda, tiene un millón de amigos.....
LOS AMIGOS DEL RECUERDO
Llegó a Paso de los Libres en 1.964. Venía de pase, como un integrante de las Fuerzas Armadas. El primer contacto con la comunidad libreña, se dio a través de un joven de la Acción Católica, José Andrés Balbuena, quién lo integró a un grupo formado entre otros, por el ”Gitano” Morel, los hermanos Velázquez (Cuca y Mingues), “ Beto” Loetti, Alfredo Froy, Fed...erico Sandoval, Carlitos Acosta, Ramón Saucedo, los hermanos Coradini, (Cabeza y Tito) el “Gringo” Gracés (el mismo que después presidiría nuestra Liga por muchos años), Mario Acosta, Juancito Duarte el “Zurdo” Abalos, el “Gordo” Torres, Marcelino Alvez, “Pulgarcito” Ocampo, ”Charuto” Rodriguez, “Mito” Arreseigor, “el “Loco” Perez, Roberto Ledesma, el “Flaco” Morel y tantos otros que, en su mayoría, recién dejaban la adolescencia.
Con esta “barra”, organizaba campeonatos en la cancha “Pescadito”, un campito que estaba ubicado a las orillas del Arroyo Yatay, cerca de un caserío humilde donde vivía una numerosa familia conocida como “Los Pescaditos( de allí el nombre).
En ese lugar, Tejeda empezó dirigiendo y debido a que el padre de “Beto,” don Oscar Loetti, era en ese entonces Presidente de La Liga, fue llamado para arbitrar cuarta división y luego primera “B”, categoría recién nacida en Paso de Los Libres, gracias al Doctor Vischi, el querido “Negro” que pronto nos dejó.
Su primer partido en Primera, se dio en un choque entre Guaraní y Victoria. El arco de Guaraní era defendido por “Coco” Currius y con el cinco en la espalda, manejaba el medio campo el “Gringo” Hachen. Para Victoria, jugó y lució su elegancia, el “Negro” Meza, y las voladas espectaculares de “Chorca” Alvez, quedaron para siempre en su recuerdo.
Fue árbitro por más de veintiún años y en su larga carrera le surgió la oportunidad de dirigir un partido en Yacuíba, Bolivia. Allí sufrió un apunamiento cuando se cumplían 30 minutos de juego.
El referato le dejó muchisimos amigos, pero tiene siempre presente dos hechos que lo marcaron: Uno feliz y otro triste. El primero, fue cuando se retiró de las canchas, en un partido (Concordia / Paso de los Libres) organizado en su honor por el Presidente Hugo Gracés, uno de los adolescente que conoció en la cancha “Pescadito”.
El segundo, el triste: fue la muerte de un colega: el “Negro” Mendez.
Un buen arbitro, no tiene hinchas
Un buen hombre, como Antonio Tejeda, tiene un millón de amigos.....
LOS AMIGOS DEL RECUERDO
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